Ensalada templada de espinacas, beicon y queso de cabra

Lo primero que vamos a hacer es lavar bien las espinacas y dejarlas escurriendo hasta el momento de emplatar la ensalada.

Recordad que aunque compréis las espinacas de bolsa ya lavadas, es importante enjuagarlas antes de consumirlas para prevenir posibles intoxicaciones.

Un toque importante de esta ensalada es el punto del queso de cabra. Lo ideal es que esté tostado por fuera pero que no se derrita, para que mantenga su forma redonda y tenga una presentación bonita, además de que si se nos derrite demasiado, se nos quedará todo desparramado por la sartén y será misión imposible recuperarlo. Aunque parezca complicado no es imposible, ¡os cuento mi truco!
Mi truco es usar papel de horno a la hora de pasar el queso por la sartén, y poner la sartén muy caliente al principio para tostar bien el queso por fuera, pero sin darle tiempo a que se derrita por dentro. Lo bueno de usar el papel de horno es que si se nos derrite un poco no se nos quedará pegado a la sartén y lo podremos sacar perfectamente. Para prepararlo sin problemas, lo que tenemos que hacer, es sacar el queso de la nevera justo cuando lo vayamos a usar porque así evitaremos que el queso se empiece a derretir antes de cocinarlo. También ayuda que el grosor del queso sea el adecuado, os recomiendo que cortéis las rodajas de queso de cabra de un poco menos de un dedo de grosor. Cortamos cuadrados de papel de horno en los que quepa el queso y pondremos uno a cada lado de la rodaja de queso haciendo como un sándwich con el papel de horno y el queso de cabra. A continuación, calentamos la sartén a fuego fuerte y cuando esté bien caliente echamos unas gotas de aceite y ponemos el queso un momento con cuidado de que no se derrita y de que no se queme y le damos la vuelta cuando esté tostado para que se tueste el otro lado.
Si vemos que se quema muy rápido o que el papel de horno se está quemando bajamos el fuego. El aceite sólo es para evitar que el papel de horno se queme muy rápido, podéis prescindir de él si controláis bien la temperatura de la sartén, de forma que os quede el queso de cabra en su punto y de que no se os queme el papel de horno.
Cuando los dos lados estén tostados, los sacamos a un plato y los dejamos reposar (no les quitéis el papel de horno aún), para que se endurezcan un poco.
No os preocupéis si se han derretido un poco o si veis que están algo blandos, mientras que terminamos la ensalada se endurecerán un poco y quedarán perfectos.

Este paso es muy sencillo, sólo tenemos que calentar una sartén, añadir el beicon y esperar hasta que esté bien hecho.

Ya tenemos todo listo para poder montar nuestra ensalada. Ponemos las espinacas que teníamos reservadas en una ensaladera grande y les añadimos el beicon. Añadimos un poco de sal, un poco de vinagre balsámico y unas 2 o 3 cucharadas grandes de miel de caña, según lo que os guste el dulce y removemos muy bien evitando romper las hojas de espinacas.
Cuando esté bien mezclado, separamos el queso del papel de horno y lo colocamos por encima.
Por último dejamos caer unos hilos finitos de miel sobre el queso para decorar, y ya tenemos lista nuestra ensalada.
¡Que aproveche!